martes, 16 de agosto de 2011

Argentina trabaja en una fábrica de lluvia para el desierto.

Con la puesta en funcionamiento de una moderna estación meteorológica -que funciona con energía solar, el proyecto para intensificar las lluvias en las zonas más secas de Mendoza entró en una de sus etapas más importantes. El avanzado artefacto, que desde hace dos meses está instalado y funcionando diez kilómetros al sur de El Carrizal, ya está midiendo los niveles de humedad y de lluvia para, en base a estos datos, lograr determinar cuál es el mejor momento para “sembrar” las nubes y que ese proceso transforme la humedad del ambiente en lluvia.

¿Qué es el Sembrado de Nubes?
Cuando la cresta de una nube cúmulus se enfría a menos de 0º C, el rocío de la nube no se congela inmediatamente, en cambio, experimenta lo que se conoce como un súper-enfriamiento. Entonces es cuando pequeñas partículas de polvo llevadas por el viento al interior de la nube se convierten en un núcleo de hielo ideal, alrededor del cual el rocío forma una gota. Si esta gota no se forma a tiempo, el rocío eventualmente se combina con el aire más seco al exterior de la nube y termina por evaporarse en la atmósfera.

Sí en la cresta de la nube no concurre suficiente hielo en forma de núcleos, entonces las gotas de lluvia sólo pueden formarse por medio de una intensa colisión de las minúsculas partículas de rocío. Este proceso, llamado coalescencia toma demasiado tiempo porque las partículas de rocío son tan pequeñas que en realidad son absorbidas por corrientes en torbellino, que evitan que colisionen entre sí. La probabilidad de que colisionen es mínima y puede tomar hasta un millón de partículas para formar una sola gota de lluvia de tamaño regular.

Cuando las condiciones naturales no producen el hielo necesario en las nubes para producir lluvia, es posible darle una mano a la nube proveyéndole los núcleos que le hacen falta. Este procedimiento es el que se conoce comúnmente como Siembra de Nubes. Las nubes pueden ser sembradas con una variedad de elementos que induzcan la formación de hielo. Los más comunes son el yoduro de plata y el hielo seco. Cuando se utiliza el yoduro de plata, éste se quema en pequeñas cantidades (30g ó menos) con el uso de bengalas dentro de la cresta de la nube o bien aprovechando las corrientes ascendentes, en la base de la nube. Si se usa hielo seco, entonces éste se lanza en forma de canicas sobre la cresta de la nube.

Siembra en la Cresta de la Nube.
La siembra en la cresta de la nube por lo general se realiza en temperaturas entre -5º C y -10º C. Usualmente es dentro de este rango donde se encuentra la mayor cantidad de rocío súper-enfriado, y el cual corresponde a altitudes que van de los 4,500 a los 6,700 metros sobre el nivel del mar, dependiendo del lugar.

El elemento que servirá de “semilla” se dispersa en el interior de las nubes súper-enfriadas, encendiendo bengalas de yoduro de plata dentro de la columna de la nube. Esta técnica requiere menor anticipación de parte de aquellos quienes dirigen la operación y puede producir un efecto más inmediato.

Desde tierra, el meteorólogo dirige la aeronave hacia un cúmulo de nubes que prometan nueva actividad pluvial, utilizando un radar climatológico. Al arribar al cúmulo, el piloto selecciona visualmente las columnas nubosas que crucen la altitud predeterminada para la siembra.

Una inspección visual puede revelar mucho sobre la estructura y dinámica del cúmulo de nubes. Una apariencia firme, clara como de “coliflor” usualmente indica una abundancia de agua líquida. Las nubes de apariencia fina, con contornos borrosos y en forma de plumas, típicamente indican que el proceso de formación de hielo ya comenzó y la siembra no es necesaria.

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