lunes, 7 de febrero de 2011

La mitad de las empresas de energía fotovoltaica cierran.


Las grandes instalaciones de energía fotovoltaica, es decir, los huertos solares que han proliferado en la geografía alicantina en los últimos años, han llegado a su fin. Durante los años del "boom", entre 2005 y 2008, se constituyeron más de un centenar de empresas en la provincia atraídas por el "negocio del futuro" que generaba beneficios que parecían tan ilimitados como los rayos de sol que utilizaban y cuya inversión estaba amortizada antes de ocho años. Así fue, según coinciden diversos expertos, hasta la última legislación en la materia, que limita tanto la cantidad de energía que puede generar cada instalación -ha pasado de 3.000 megavatios a un techo de 500- como las primas, es decir, el precio que se pagaba por kilovatio producido. Resultado: el cierre de más de la mitad de las mercantiles y expedientes de regulación de empleo en la mayoría de las que quedan. "Vamos, que hemos pasado de ser un referente en el sector a prácticamente irrelevantes", resume un alto cargo de una empresa.

Sin embargo, según explica el presidente de la Asociación Provincial de Empresas del Sector de la Energía de Alicante (Asener), Fernando Amat, "aunque esta parte del sector de las renovables está efectivamente en descomposición, las que han apostado por la reconversión sobreviven". La tendencia, augura Amat, será crear un mayor número de instalaciones pequeñas y el fin de las grandes porque "hasta 20 kilovatios siguen siendo rentables". Aún así el golpe ha sido duro y se llevó por delante durante 2009, fecha de la primera limitación estatal, el 90% del empleo temporal y el 30% del fijo en España, además de inversiones extranjeras a través de cuyos fondos se disparó el crecimiento del sector.

Sin embargo, el resto de las renovables continúan al alza. El presidente de Asener, que agrupa a 50 firmas, recuerda que las directivas europeas obligan a todos los países miembros a disminuir en un 20% tanto las emisiones de gases invernadero como el consumo de energía primaria mediante la eficiencia energética, alcanzar una cuota global del 20% de energías renovables en el consumo final bruto de energía y aumentar un 10% las energías renovables en el transporte. "En Alicante tenemos emprendedores y tenemos empresas punteras a nivel internacional que están desarrollando tecnología de energías renovables; hay mucho futuro, se están haciendo cosas muy interesantes y en este sector se creará empleo", dice convencido Amat.

De hecho, según los datos aportados por la Agencia Valenciana de la Energía (Aven), los alicantinos invirtieron en 2010 un total de 8,8 millones en energías renovables, de los que esta agencia subvencionó 244 proyectos, mientras que el año anterior ayudó a implantar 205 proyectos con 1,3 millones. Este incremento significa que, a priori, las administraciones son conscientes del reto. La energía solar térmica fue la más solicitada y la que recibió más ayudas, especificaron fuentes de la Aven, con 810.000 euros para respaldar 97 iniciativas. Se trata de utilizar la energía solar para el agua caliente sanitaria, la calefacción, calentamiento de agua para procesos industriales e incluso para la climatización de las piscinas. Y también destinó 142.000 euros a fotovoltaica pero para proyectos de autoconsumo.

El apoyo público, teniendo en cuenta el coste de las inversiones, es vital porque, como explica el presidente de Asener, "para que funcione un kilovatio debe valer lo mismo si se produce por medios convencionales o renovables y lo mismo con el gasoil o la gasolina, si no, no es competitivo, a pesar de que las convencionales siguen subiendo de precio". Pero también es importante su labor en cuanto a generar negocio y a concienciar a la sociedad con campañas, aunque en estos momentos tampoco las arcas públicas están ni mucho menos boyantes. Como dice otro experto del sector, la idea de obligar mediante el último Código Técnico de la Edificación a que todos los edificios nuevos cubrieran entre un 50 y un 60% de su gasto energético con renovables fue todo un acierto, pero irónicamente añade que "ahora mismo es como cuando dices que Dios le da pan a quien no tiene dientes porque el ladrillo ha caído en picado". Aún así desde el sector aplauden este tipo de iniciativas, como el certificado de construcción basado en la eficiencia que prepara el Consell.

¿Y el futuro? En opinión de Amat, pasa por la innovación, los sistemas mixtos, la energía geotérmica, la hidráulica y las empresas que se dediquen a la eficiencia energética. Estas últimas realizan una completa auditoría ambiental e indican a empresas, organismos o comunidades de vecinos los sistemas que pueden aplicar para ahorrar costes y ellos se cobran sus servicios de este ahorro. También juega un papel básico la concienciación ciudadana y la educación. "Hay formas de ahorrar mucho dinero pero ahora la gente no quiere oír nada de desembolsos aunque en un año lo hayan amortizado", comentan.

Fuente: informacion.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario